Carmen, Mercedes, Ángela…Empalmo un cigarrillo con otro. Lleno el vaso de ginebra hasta la mitad y añado un poco de agua para rebajar. Me lo bebo de un trago. Maria, Guadalupe, Fátima…Enciendo la tele. Típico concurso. Cambio. Telenovela. Cambio. Chimpancés jugueteando con sus crías. Cambio. Un corrillo de expertos gritones. Cambio. Una serie de policías con todos los capítulos idénticos. Cambio. Una señora que trata de disimular con plástico el paso del tiempo. Cambio. John Wayne agarra la mano de Mauren O´Hara, la atrae hacia él y la besa. Suelto el mando a distancia. El cenicero es un cementerio de colillas. Ya he perdido la cuenta de los vasos. Rebeca, Remedios, Pilar…Una sucesión de nombres que pululan por mi mente, un rosario de posibles vidas por vivir, una sarta de mentiras escupidas por mi boca. Mi colección de corazones rotos. Todas me amaron, sin duda, pero no lo suficiente. No como a mí me gusta que me amen. No de la manera en la que me amo yo. Sujeto mi cabeza con ambas manos. Mi cara aparece reflejada en el cristal de la mesa. Descubro un rostro inflamado, con una nariz repleta de venas enrojecidas dispuestas a explotar en cualquier momento. No sé el tiempo que llevo deleitándome con mi imagen. Los brazos, entumecidos, fallan y mi frente impacta contra el cristal. Un reguero de sangre corretea por la mesa. Aunque no duele, no creo que consiga levantarme. Me orino encima y cierro los ojos. Mañana será otro día.
¡Ay, ese Narciso! Qué buena forma de contar el mito, Pedro. Me ha parecido muy original y muy acertada. Un micro estupendo. Gracias por participar en El Tintero.
ResponderEliminarUna original forma de contar el mito de Narciso.
ResponderEliminarSaludos.
Ingenioso enfoque. Felicidades.
ResponderEliminarPerfecto Narciso de hoy, con toda su miseria. Estupendo relato. ¡Este es Narciso! Un abrazo.
ResponderEliminarHola Pedro. Que terrible tortura la de quien no puede encontrar un amor tan grande como el que se tiene a sí mismo; está bien quererse, pero tanto... el pobre hombre se quiere de tal modo que ha llegado a hacerse insoportable ante sí mismo. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Pedro: Vaya con Narciso y sus tribulaciones. Excelente micro. Un saludo.
ResponderEliminarHola Pedro, "este amado de quien fue no le queda ya cofre que lucir solo el devaneo de sesos por no quedar sexo que consentir". Ni me preguntes. Salió de corrido. Es lo que me inspiró la historia. Un abrazote.
ResponderEliminarAy, ese Narciso, le has dado donde más duele. El tiempo no perdona. Es tan sensorial y, sobre todo, tan plástica la última escena que, en vez de leer, creo que la he visto.
ResponderEliminarUn micro excelente.
Un abrazo!
Muy buen micro, una manera diferente de narrar su historia, me ha gustado mucho, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Un micro muy original, con un Narciso diferente, aunque eso sí, sus penas de amor igual lo consumen. Me ha gustado, enhorabuena.
ResponderEliminarPedro, intenté escribir sobre Narciso, (ungimnasta enamorado de su imagen y de sus musculitos), su título iba a ser "A través del espejo" y no me convenció para nada el resultado, repetitivo en la idea, manido en sus formas, y mira por donde, me has dado una tremenda lección de como encararse con un amante de sí mismo. ¡Magnífico e hipnótico! ¡Sí señor!
ResponderEliminarMuy bien narrado, Pedro. Esa cadencia con el "Cambio" es una idea estupenda para reflejar el ego narcisista de este coleccionista de corazones rotos. La referencia a John Wayne me ha gustado je, je.
ResponderEliminarUna vez conversé con una psiquiatra y me dijo que los verdaderos locos no estaban ingresados; estaban en la calle y al acecho de sus posibles víctimas. Recordé esa conversación al leer el caso del narcisista y posible psicópata Dani Alves.
Un fuerte abrazo.
Menuda resaca que va a tener el protagonista al próximo día, muy buen relato, Pedro, muy visual, el micro desde su inicio encadena muy bien con los hábitos de parte de nuestra sociedad actual, el zaping. El narciso en horas bajas, ya no le basta con su propio cariño, tiene mono de más y no le llega.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y no se porqué a ese personaje narcisista me lo he imaginado obeso, abúlico y dejado de la mano de dios en cuestión de higiene. Lo contrario de amarse mucho es la dejadez absoluta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los narisistas merecen estar solos, abandonados de quienes pasaron por su vida ignorados o maltratados. Muy buen relato, Pedro.
ResponderEliminarUn abrazo.
El mito de narciso muy bien contado, con esas tribulaciones amorosas que nunca serán acordes con lo que él necesita. La resaca que va a tener es de las que no creo que olvide.
ResponderEliminarOriginal relato y da gusto leerlo
Un abrazo Pedro
Puri
Hola, Pedro:
ResponderEliminarExcelente tu relato, compañero.
¡Ah, los narcisos! Pobres de ellos, tan deslumbrados. Los mejores somos los cardos borriqueros. Personas discretas como YO, que nunca hablo de mí mismo. Personas nada rimbombantes como YO, que siempre tengo presente en mi mente una obra de Shakespeare y una imagen de Megan Fox, por eso de que el demonio de la carne y lo excelso de la inspiración marquen el ritmo de mi diapasón.
¡Ah, los Narcisos! ¡¡Ellos son el infierno de la egolatría!!
Ego Nino Ortea sum!
Disculpa el tomo diletante del comentario. ¡Me ha encantado tu relato!
Alucinante micro. Una manera sorprendente de mostrar el drama de la egolatría. Me ha encantado todo el recorrido por las cadenas mostrando el vacío de su vida, su obsesión recordando a las que lo amaron, su locura.
ResponderEliminarGenial.
Un abrazo!
¡Hola, Pedro! Tremendo micro que nos presenta un narcisista "cum laude", tan pagado y amado de sí mismo que nada en el mundo, ni mujeres ni la propia vida le resultan de interés, solo él y él, encerrado en sí mismo nada necesita del mundo... aunque ello implique su propia autodestrucción, algo que no lo altera ni confunde. Un micro muy noir que, incluso, nos lleva a elucubrar cierta psicopatía, en la que el narcisismo es característico, y por qué no, cierta carrera como asesino serial. Excelente aporte al reto. Un abrazo!!
ResponderEliminarPedro! Tremendo micro. Es perfecto que la narración de un Narcisista esté en presente y primera persona, que todo esté mal, solo él y su imagen. Muy buen efecto y mostrado. Un aporte inmenso para cerrar el reto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo!
Asqueroso un viejo orinando Para borrarte el olor a orín es apestable
ResponderEliminarHola, Pedro. Tu relato es sensacional!, original y visual manera de mostrar la cara narcisista. Aquí, como si quisiera cambiar, pero el amor hacía sí mismo, es más fuerte e indomable de lo que tal vez quisiera. Ni viendo su maltrecho reflejo dejará de amarse. Tristemente...
ResponderEliminarDisfruté con la lectura.
Gracias, y bravo por tu genialidad.
Feliz semana.!
Hola, Pedro. Me alegro de que al menos en uno de esos canales televisivos repusieran El hombre tranquilo. Algo que al protagonista de tu micro fijo que lo sacaría de quicio.
ResponderEliminarSaludos.