Tras unos cuantos golpes, los insectos quedaron reducidos a polvo. Ahora
debía agitarlo en el frasco para finalizar la pócima. Elaboró varios emplastes,
que dispuso por distintas partes de su cuerpo. El efecto fue inmediato. Una
potente erección, casi dolorosa, acompañada de una sonrisa repleta de lujuria. Hoy
no defraudaría a su amante, no sería como la primera vez.
Comenzó a sudar.
Mareos...
Nauseas...
<<Mi cabeza>>.
El terrible dolor le hizo tambalearse y golpear la estantería
donde almacenaba los recipientes atiborrados de insectos. Tuvieron que identificarlo
mediante las huellas dactilares, los escarabajos habían devorado su rostro por
completo.
Impactante, Pedro je, je.
ResponderEliminarMucha gente estaría dispuesta a casi todo por complacer a su amante pero en este caso se le ha ido de las manos por completo ;). Me encantó tu micro y tu forma de jugar con las palabras.
Un saludo.
Hola, Miguel. Se le ha ido totalmente, jajaja. Un abrazo.
EliminarPor todos los dioses del Olimpo! 😂 Me muero. Esto sí que no me lo esperaba. La pócima erectil que acaba con resultado muerte. Y además devorado por insectos, ¡¡puaaaj!! Muy buen relato, Pedro. Es muy ingenioso. Enhorabuena 👏 Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo y hasta pronto.
ResponderEliminarHola, Lidia. Gracias a ti por la labor que haces. Un abrazo y hasta pronto.
EliminarHola, Pedro. El giro final del micro está muy logrado. Tenía que haber probado con los escarabajos de la patata que esos no comen carne 😁🖐🏼
ResponderEliminarHola, JM. Se equivoco ligeramente con la formula, jeje. Saludos.
EliminarQuedaron complacidos los hambrientos escarabajos. Pobres aquellos hombres que ponen por delante de su autoestima la aprobación de una mujer en las artes amatorias. El Señor lo tenga en su gloria por capullo.
ResponderEliminarEstás en forma, tío.
Jajaja, por capullo. Vamos ganando musculo. Gracias, Cabrónidas. Abrazo.
EliminarMuy buen micro Pedro. A veces nuestras ansias nos llevan a empeorar algunas situaciones. Excelente el uso que das a los elementos del reto de Lidia. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Ana. Así es, las ansias a veces...Saludos.
EliminarSi es que no podemos forzar las cosas, ja, ja, ja... Un micro espeluznante para aquellos que miramos con mucho respeto a esos bichejos del demonio. En cuanto al fondo, recordé una historia clásica en la que un sabio se casó con una mujer bellísima cuya única tara era una imperceptible verruga tras la oreja. Esa perturbación de la perfección de la esposa lo terminó obsesionando al punto que creó una pócima para eliminar esa verruga con el resultado que deformó la cara de su esposa. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarHola, David. Pues este escarabajo ha tenido mucha presencia en la literatura. Desde Roald Dahl , pasando por el gran Chester Himes o García Márquez lo han usado en alguna de sus obras. Yo llegué a el buscando los mas venenosos y me pareció curioso, que hasta un rey español (Fernando el Católico) al parecer, falleció por los efectos de dicho veneno. Un abrazo y gracias por pasarte.
EliminarPedro, los remedios de la abuela no siempre funcionan. Hubiera sido más fácil con Viagra.
ResponderEliminarQue buena historia.
Un saludo.
Exacto, Angel. Una pastillita azul hubiese sido suficiente. Gracias por tu comentario y tu visita. Saludos.
Eliminar