Tanatorio

 

Microrrelato inspirado por una frase de uno de mis escritores favoritos, el gran Charles Bukowski. La cita en cuestión podéis descubrirla al final de la entrada.

Tanatorio

Los destellos de los herrajes del ataúd de mi padre resultan hipnotizantes. Nos hemos dejado pasta en contra de su voluntad. Si levantase la cabeza…Mis hermanas lloran, mi madre llora y mi mujer ha salido a fumar. En lo que a mí se refiere, sencillamente, estoy jodido y vacío por dentro. Una de mis tías me pide que le acerque un café. Introduzco una moneda en la máquina y selecciono un expreso sabor cagalera. En mitad del pasillo coincido con una chica morena de pelo liso y unos labios muy rojos. Casi chocamos, porque los dos hemos realizado ese estúpido movimiento del cuerpo para ambos lados sin saber qué dirección elegir. Reímos.

Me giro para mirarle el trasero. Camina con la cabeza volteada, mirándome. Le sostengo la mirada. Se cuela en el baño de señoras. ¡A tomar por el culo! Tiro el café a una papelera y decido seguirla. Espera en uno de los retretes con la puerta abierta. Echo el cerrojo. Follamos de pie, contra la madera que separa los cubículos. El ruido nos pone más cachondos. Sobre la taza, se sienta encima de mí. Me agarra la cabeza como si quisiera arrancármela de cuajo. Alcanzamos juntos un orgasmo increíble.

Nunca he visto a nadie colocarse la ropa tan deprisa. Me guiña un ojo y se larga. Una mujer preciosa, sin duda. La puerta del baño se abre mientras, agazapado, trato de subirme los pantalones. Distingo varias voces.

    —¡Dónde narices se habrá metido mi sobrino con el café!

La frase en cuestión es «Hicimos el amor en medio de la tristeza».

Algunas otras perlas del maestro:

«Tienes que morir unas cuantas veces antes de poder vivir de verdad».

«Soy un genio pero nadie lo sabe aparte de mí».

«Cuando ocurre algo malo, bebes para olvidarlo; si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, también bebes para que pase algo».