—¡Me cago en la puta!
—Tranquilo inspector, sólo es un cadáver.
El fiambre reposaba en el suelo del ascensor.
—Pelayo, llama a la científica.
—Enseguida, jefe.
—Pero venga, ¡echando hostias!
Los vecinos cuchicheaban acerca del descubrimiento.
—¡Pelayo! ¿Dónde cojones andabas?
—Estaba fuera. Aquí hay poca cobertura.
—Alguien más iba en el ascensor, ¿dónde está?
Una viejecita cargada con una bolsa del supermercado se
acercó a los maderos.
—Aquí —dijo la anciana visiblemente afectada.
—¿Qué pasó ahí dentro, señora?
—A ver, agente. Íbamos a subir, yo al primero y él… ¡Ay
dios!
—Y él, ¿qué?
—Él al séptimo. Y, entonces, se desplomó.
—Pelayo, ya has oído, precinta el séptimo.
—Si, inspector.
El hall parecía los aledaños del Bernabéu un día de partido.
—Otra cosa, acompaña a la abuela hasta su casa. Que espere
allí.
El conserje llamó al inspector.
—Inspecpector — el hombre tartamudeaba —, ha sido lalala la vieja.
—¿Qué coño dices? Si, ella nos llamó.
Pelayo se despidió de la anciana en la puerta de su casa.
—Lleva popopocos días viviendo aquí — el conserje parpadeaba
continuamente —. Mememe pareció ver como
agarraba del cuecuecuello al hombre antes de quequeque las puertas se cerrasen.
—¿Y lo dices ahora? ¡La llave del primero, tarado!
El inspector enfiló las escaleras.
Entró despacio, jadeaba por la carrera, con la pistola encarada.
La terraza estaba abierta de par en par. De la barandilla colgaba una cuerda de
escalada sujeta a un anclaje. Se asomó, pero era demasiado tarde. Sólo encontró
tráfico, gente y ruido.
—¡Pelayoooooooo!
Ja,ja,ja cómo está el tema de las abuelas ;). Acabo de leer el relato de Marta Navarro y en otro contexto aparecía otra abuela psicópata y con ganas de marcha. Todo esto me enlaza en mi mente cinéfila con "La abuela" de Paco Plaza y que me me hizo pasar un rato estupendo en el cine.
ResponderEliminarExcelente aportación al reto, Pedro.
Un abrazo.
Jajaja, si , Miguel. También leí el de Marta y se lo comenté a ella , que también traía otra viejecita. Me alegro que te haya gustado. Un abrazo y buen fin de semana.
EliminarUna viejecita muy en forma. ¿No será una ninja disfrazada?, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una autentica ninja, jajaja. Y también amante de los disfraces. Gracias, Josep. Buen fin de semana.
EliminarUn abrazo.
Buenísimo, Pedro. Me ha gustado mucho la estructura dialogada y como vas haciendo avanzar la historia. Muy divertido, además ¡Qué peligro tienen estas abuelitas! jeje.
ResponderEliminarPues está claro que si , son muy peligrosas. Y buenas anfitrionas como la de tu micro, también, jajajaja. Gracias Marta.
EliminarBuen fin de semana.
En este reto ya llevamos dos abuelas nada confiables. La tuya me ha encantado, me la he imaginado escapando como si fuera una jovenzuela. Muy bueno. Saludos.
ResponderEliminarAbuelas al poder, Ana. Gracias por la visita.
EliminarSaludos.
Vaya, las abuelitas están muy en forma! Cierto lo de que las apariencias engañan! Muy bueno, saludos!
ResponderEliminarGracias, Maite. Las apariencias a veces... Saludos.
EliminarMuy bueno :) no tiene la abuela peligro ni na. Las apariencias engañan. Un saludo.
ResponderEliminarMucho peligro. Gracias por la visita. Saludos.
EliminarMe parece que a partir de este reto de David, y todo lo que voy leyendo, empezaré a sospechar de cada una de las abuelas que se crucen en mi camino. solo por si acaso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ha sido curioso lo de las abuelas en el reto, jajaja. Abrazo, Francisco.
Eliminar¡Hola, Pedro! Me da que esa abuela tenía gato, o sicario, encerrado ja, ja, ja... Me ha gustado mucho que hayas utilizado este estilo dialogado, da a la historia mucha acción y, además, logras mostrar toda la escena sin necesidad de describir demasiado. Estupendo aporte! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, David. Vas bien , David, aunque al ser un micro se queda corto en cuanto a poder dar mas pistas. Un abrazo.
EliminarHola, Pedro. Pues, sí, El sacar a escena a viejecitas entrañables parece que se repite. Yo también he tirado de un vecindario vejestorio. Me ha parecido un micro estupendo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Isan. Ya me he pasado por tu original comunidad. Abrazo.
EliminarLos policias son tan metodicos que la mente criminal aprovecha eso y siempre sacan ventaja, les va quedar a estos investigadores muy dificl ser un "reto" para la abuelita
ResponderEliminarLa abuelita es mucha abuelita, jajaja. Gracias por pasarte , Jose.
EliminarParece que nos hayamos puesto de acuerdo con las abuelas.
ResponderEliminarBuenísimo.
Un abrazo.
Este mes la cosa va de abuelitas , para todos los gustos y colores. Gracias por pasarte, Macondo. Un abrazo.
EliminarJoder con la viejecita, qué mal baba. Muy divertida y jocosa la puesta en escena
ResponderEliminarUn abrazo
Muy letal la señora mayor. Abrazo y gracias por pasar.
EliminarNo te puedes fiar de nadie. Y el pobre Pelayo mientras carreras para arriba y para abajo.
ResponderEliminarDivertido micro.
Un saludo.
Pelayo el hombre se ha tupido de hacer deporte, jajaja. Gracias por pasarte , Angel.
EliminarSaludos.
Ay madre cómo vienen las ancianitas de guerreras.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato tiene un aire de policíaco clásico que me ha gustado mucho. Creo que Pelayo lo va a pasar mal como no encuentren pronto a la viejecita.
Un beso.
Pelayo lo tiene claro con ese jefe, jajaja. Me alegro que te haya gustado, Rosa.
EliminarUn beso.
Hola Pedro, ¿es casualidad? ¿es la continuación de la historia de Marta? Es que la he leído continuada y ya venía con la imagen de la anciana, pero esta es de altos vuelos, super, qué agilidad la de la doña. Qué divertido. Gracias. Saluditos.
ResponderEliminarYo creo , que la de Marta y esta eran amigas.
EliminarMuchas gracias, Emerencia. Saludos.
Muy bueno, Pedro
ResponderEliminarCasi casi me parecía asistir a una escena de Mortadelo y Filemón súper dinámica, muy plástica, muy visual y la viejecita en el contrapunto. Me ha encantando
Muchas gracias, Matilde. La escena tiene bastante humor en si. Al menos con esa intención estaba escrita.
EliminarUn abrazo.
Esa abuela tiene poco de abuela, a la vista está y Pelayo corre que te corre. No se puede uno fiar ni de las abuelas, uff que mal.
ResponderEliminarBuen micro relato, Pedro
Un abrazo
Puri
Ni de las abuelas, Puri. Gracias por pasarte. Un abrazo.
Eliminar¿Habrá sido realmente una mujer mayor? ¿O era alguien disfrazado?
ResponderEliminarO tal vez era realmente una mujer mayor, con experiencia en el delito, en la modalidad "hombre araña".
Parece que Pelayo terminó mal, por culpa del conserje, que lo dijo tarde.
Saludos.
Lo del disfraz tiene mucho sentido. Gracias por tu comentario , Demiurgo.
EliminarPelayo , paga siempre el pato, ja, ja, ja.
Saludos.
Hola Pedro, disfruté mucho la lectura 😁 Esa abuelita es, literalmente, de armas tomar. Por eso dicen que las apariencias engañan. Un abrazo 🐾
ResponderEliminarHola, Rosa. Muchas gracias por tu visita y por tu comentario. Las apariencias , ya sabemos. Un abrazo.
EliminarHola, Pedro. Pues entre tu relato y el de Marta... ¡Cualquiera se fía ahora de las viejecitas! De armas tomar, desde luego. ¡¡Pelayooooo!!!
ResponderEliminarUn relato muy divertido. Un saludo.
Pues si , Bruno. Han dado mucho juego este mes. Muchas gracias por tu lectura y por tu comentario.
EliminarSaludos.
¡Qué bueno! si es que escucho hablar a los personajes, sus tacos, el tartamudeo el grito final de ¡Pelayooo!... y como la anciana los ha engañado a todos. Muy bien, pedro.
ResponderEliminarVoy a por la viejita del micro de Marta...
Muchas gracias, Isabel. Un beso.
EliminarJa, ja, ja. Qué bueno, Pedro, las abuelitas, con esa inocencia y debilidad, son un arma de doble filo, quién lo diría la repercusión que están teniendo en el reto, ;).
ResponderEliminarMuy bueno, Pedro.
Un abrazo!
jajaja,está mejor que nunca la tercera edad, Pepe. Un abrazo.
EliminarVaya con la abuela, si que estaba ágil, un toque de humor final para ese asesinato. Unos diálogos muy acordes con los personajes de los inspectores, que no son unos lumbreras precisamente y van tres pasos por detrás de la anciana. Buen aporte, Pedro. Un abrazo.
ResponderEliminarLos polis son un desastre, Jorge. Muchas gracias por pasarte. Un abrazo.
Eliminar¡Si es que hasta las abuelas ya no son lo que eran!
ResponderEliminarMuy simpático el relato.
SAludos.
Ya no , Manuela. Ahora los 80 son los nuevos 50, jajaja.
EliminarSaludos y muchas gracias.
Ha sido curioso el protagonismo que han tomado las abuelas en este reto, jeje. Las apariencias engañan, y a veces, el que parece que no mata una mosca es el más peligroso.
ResponderEliminarBuen relato.
Un saludo.
Muchas gracias, Cynthia. Las abuelas están en forma. Saludos.
EliminarAl inspector este le auguro un infarto como lleve todos los casos así y a Pelayo tampoco le veo futuro con un jefe con tan mal carácter.
ResponderEliminarYa es el segundo relato donde una "tierna" ancianita se las trae. Tengo yo un par de vecinas ya mayores que... no sé, estoy empezando a acojonarme. Menos mal que ahora, con lo de la pandemia, no se comparte ascensor.
Geniales diálogos, Pedro, muy descriptivos de la situación y de los personajes.
Un saludo.
Esos dos, son un autentico desastre. No creo que acaben demasiado bien. No me extraña, Kirke, viendo como está el reto de este mes.
EliminarGracias por tu comentario. Saludos.
Hola, Pedro! Me encanta esa viejita que escala con soga! Tu relato encaja perfecto con el de Marta. Tal vez veamos la continuación, porque muy lejos no pudo irse! jajaja
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias , Mirna, por tu visita y por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Jajaja, hola Pedro, otra abuelita peligrosa, me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarSaludos 🤗
Este ha sido el reto de las abuelas. La tercera edad al poder, jejeje.
EliminarGracias por pasarte y por tu comentario.
Hola pedro, que buen relato, por lo que se ve las abuelas son sicopatas patas o asesinas
ResponderEliminarJajaja, me gusta con facilidad se hablan entre sí los personajes, mis felicitaciones amigo.
Te deseo un feliz viernes saludos de flor.
Pd, Me gustaría comentarte algo en privado, y no veo tu correo, me lo puedes mandar tú correo en mi blog, tu comentario no saldrá publicado en mi blog, me quedo a la espera.
Gracias, Flor, por la visita y el comentario.
EliminarBuen fin de semana.
Buenos días, Pedro..... Tienes un correo mío
EliminarTe doy las gracias por todo, te deseo un feliz fin de semana.
Saludos de flor.
Hola, Pedro. Definitivamente, no quisiera tener a tu protagonista de abuela (o, bueno, tal vez pensándolo mejor, no sería mala idea...) Me parece que has narrado, en tan pocas palabras, una escena trepidante y que daría para un texto aún más extenso. Como le comenté a Marta Navarro en su propuesta, me quedo con ganas de saber ¿por qué?
ResponderEliminarFantástico microrrelato. Un abrazo desde la Buhardilla de Tristán.
Muchas gracias, Javier. Por tu visita y por tu comentario.
EliminarEse inspector me resulta familiar.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por pasar , Guillermo. Saludos.
EliminarBuenos días, Pedro tienes un correo mío.
ResponderEliminarY gracias por todo, por dedicarme tu tiempo.
Te lo agradezco sinceramente, te deseo una feliz mañana.
Besos de flor.
De nada, Flor.
EliminarUn beso.
Jolín con la vieja, a ver si no era una 'vieja' o incluso tampoco era una mujer... Quedan muchas preguntas en el aire. ¡Hum...!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo.
Por ahí van los tiros, MJ. Nada es lo que parece.
EliminarGracia por tu visita.
Un abrazo.
Hola Pedro, buen relato, y véase pues así que la abuela lo mató...¿Quién se lo iba a imaginar? gracias por visitarme.
ResponderEliminarGracias a ti. Saludos.
EliminarNO ES FACIL ESTE TIPO DE LETRAS CON PREGUNTAS ....
ResponderEliminarTIENES BUENOS COMENTARIOS
TE FELICITO
Gracias por la visita.
EliminarBuen relato ^^
ResponderEliminarGracias por la visita.
EliminarHola, Pedro. Cuando las viejecitas salen de la cocina son de armas tomar, aunque la tuya me parece más una de peluca y maquillaje. Con vistas cogió el primer piso, por si tenía que huir por detrás. 😁👍🏼
ResponderEliminarHabía un plan ahí, pero la escasez de palabras no permitía desarrollarlo.
EliminarGracias, JM.
Beautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
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